¡Tu hogar debe ser un lugar para relajarte y estar bien!
Desde el momento que sales del trabajo hasta la mañana siguiente no puedes permitir que el estrés laboral se filtre en tu vida.
Deja el estrés laboral fuera de tu casa y aprende a relajarte, esto aumentara tu felicidad general y, por tanto, también tu salud.
Prepárate antes de irte.
Antes de acabar tu trabajo debes prepararte para salir. Tienes que preparar una lista de tareas para cuando regreses al día siguiente pero no para hacer en casa. Esto te ayudará a centrarte y sentir que tienes las cosas controladas hasta el día siguiente.
Piensa en soluciones.
Si eres una persona que sueles expresarte con los problemas no resueltos cuando llegas a casa, crea una lista de posibles soluciones a los problemas que tengas.
Eso te recordará a ti mismo que tienes control de la situación Y podrás pensar en otras cosas y no tanto en los problemas. Esto te ayudará a dormir mejor y cuidar tu salud física y mental.
Ten un ritual posterior al trabajo.
Tienes que relajarte cuando salgas del trabajo y también antes de dormir. Es una manera de crear un hábito mental para relajar la mente y el cuerpo dejar de lado del estrés laboral. La rutina puede ser algo simple como hacer respiraciones profundas cuando salgas del trabajo o antes de dormir.
Disfruta de tu viaje a casa.
El viaje de regreso a casa puede ser estresante si te continúas repitiendo mentalmente las tensiones del día o permites que tráfico se apodere de tus emociones.
Puedes escuchar música que te guste, un audio libro, un podcast, etc. También puedes pensar en todas las cosas por las que te sientes agradecido y apreciar más a tus seres queridos cuando llegues a casa.
Qué hacer cuando llegas a casa
Debido a que pasamos gran parte de nuestras horas no laborales en casa, es importante tener un ambiente hogareño que alivie tu estrés en lugar de uno que lo haga sentir más estresado y cansado de lo que deberías.
Debido a que el desorden tiene un efecto sutil pero muy real en nuestros niveles de estrés, vale la pena ordenar tu hogar lo más regularmente posible.
Trátate bien.
Piensa en todas esas cosas pequeñas en tu vida que te hacen sonreír y permite que estén en tu vida cada día. Son los impulsores de tu felicidad, conocidos como “placeres”.
Los placeres pueden mejorar tu estado de ánimo reducir tu estrés y mejorar tu salud general. Puede ser una taza de té, tu comedia favorita, una larga caminata con un ser querido, un baño relajante o cualquier otra cosa que te traiga un poco de alegría. Intenta mezclarlos para que tengan un poco de “novedad” y los disfrutarás aún más. Te lo mereces.