Tus problemas personales se ven reflejados dentro de tu hogar. Por ser la casa que habitamos una representación de nuestro inconsciente, ella nos muestra a través de las manifestaciones estructurales todo nuestro mundo interior.
En este sentido, debemos estar agradecidos y atentos a los síntomas del hogar, para poder abordar las emociones atrapadas allí antes que se manifieste en la salud.
Desorden en la casa
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Preguntarte qué te produce tener este desorden en tu casa te dará pistas de cuál es la emoción que está atrapada en él. A veces pueden ser enojos, otras frustraciones y lo más frecuente es el ‘no puedo con esto’.
Ordenar, sacar lo que sobra, es un proceso de liberación y de enfoque en metas claras.
Paredes que se descascaran
Las paredes son nuestra piel dentro de la casa. Convivir con su descascaramiento revela conflictos en torno a las relaciones, a la capacidad de hacer contacto para procurarme el amor que necesito.
Humedades, goteras y pérdidas de agua
Las humedades, muchas veces difíciles de remover, son una manifestación emocional de frustración, algo que deseo y que no lo veo plasmado en mi vida.
Las pérdidas de agua o goteras son indicio tanto de emociones vividas en silencio como de miedo a la pérdida o diferentes conflictos con el dinero.
Las goteras son indicio de emociones vividas en silencio.
Cerradura que se traba
Si al querer salir o entrar de tu casa te encuentras a diario con la dificultad de la cerradura, este contratiempo aceptado en tu día a día está mostrando el permiso que te das a abrir y cerrar oportunidades, a elegirlas a tu voluntad y con libertad.
Acumulación
Aprende a soltar, confía en que tendrás lo necesario en el momento que lo requieras y así será. Haz espacio a lo que quieres que llegue porque acumular además bloquea la energía de la prosperidad.
Desperfectos eléctricos
Las lámparas que se queman con frecuencia son interpretadas como síntoma de emociones vinculadas a la sobrecarga de estrés que se ha expandido hacia la energía ambiental.
Como vemos, el lenguaje que usa la casa es muy rico y diverso, y lo que a través de él expresa es mucho más de lo que los ojos perciben a simple vista. Este discurso simbólico de la casa nos facilita reparar conscientemente heridas o distorsiones emocionales.